Sangre, toros, alcohol. Así es Pamplona durante la fiesta de San Fermín. Durante ocho días, la ciudad no duerme, todo es fiesta, copete, toros, encierros y gente vestida de rojo y blanco. La cagá; gente de todas partes del mundo unida en una semana con la misma ropa y las mismas ganas de juerga, de que no pare, de que no se acabe la sangría, de que viva San Fermín…
Nos fuimos a España el lunes pasado, y nos regresamos el viernes, hechas un par de estropajos humanos. Las cuatro noches que estuvimos allí prácticamente no dormimos, todo era juerga, encierros, australianos sobreexcitados con la idea de correr con los toros y gente de todas las edades celebrando a San Fermín.
La rutina es la siguiente. La gente vuelve a la vida a eso de las seis de la tarde, y quienes tuvieron la suerte de comprar un ticket para ver las corridas se dirigen presurosos a la Plaza de Toros, donde está toda la acción: los toreros, los picadores, los toros que van a morir y el gentío desesperado. Cuando termina, la gente va a comer a las ferias que se instalan en Pamplona con comida típica (paella, pulpo, etc.) y espera los fuegos artificiales a las 11 de la noche. Es increíble, pero todos los días hay fuegos, es un concurso internacional y el espectáculo dura casi media hora, es conmovedor… Después de eso empieza la fiesta: cientos de bandas van por la calle tocando música e invitando a los turistas a los cientos (miles!) de pubs y peñas que existen en el casco antiguo de la ciudad. La fiesta dura toda la noche, la juventud toma en las calles, los locales venden bocadillos calientes (una sándwich queso-jamón preparado en pan baguette) y todo es una marea de gente rojiblanca con sangría en la mano. La sangría es una especie de trago típico de esta fiesta, y que en realidad es una bomba alcohólica: martini, vodka, fruta (naranja, duraznos y lo que le apetezca) montado en una base de vino, que lo deja a uno pidiendo agüita después de probarlo… A las 5 de la mañana, los fiesteros que quieren ver el encierro se empiezan a dirigir al recorrido de los toros, porque más tarde no queda espacio. El encierro es el momento en que sueltan los toros desde el corral y los hacen llegar hasta la plaza de toros, con todo el weonaje que corre con ellos. Esto se hace todos los días de San Fermín a las 8 am, y el horario produce que muchos extranjeros que estuvieron tomando toda la noche se envalentonen, corran con los toros, se caigan y dejen la cagá. Consecuencias: cornadas en la piernas, en la cara, en la guata, hasta en las axilas! Gringos y australianos ebrios son las presas favoritas de los morlacos que corren todos los días. Para el desayuno: chocolate caliente y churros.
A las 9 am sale la comparsa de los gigantes y cabezudos desde la estación de autobuses con rumbo a la ciudad. Es un desfile con muñecos, principalmente para los niños, porque San Fermín (a pesar del alcohol en cantidades industriales) es una fiesta para toda la familia. Después de eso, tipín 11 am, la Plaza de Toros abre sus puertas de nuevo, pero en las mañanas el espectáculo es gratuito, y consiste principalmente en atracciones humorísticas con los toritos, porque los grandes (los peligrosos, los de verdad) están en el espectáculo de la tarde, en la corrida.
Después del medio día, hay un sinfín de actividades para los asistentes a la fiesta: misa en la capilla de San Fermín, recitales de jota, etc; pero la mayoría de la gente se va a dormir. Aquí es donde la juventud como nosotras agarra su saquito y se va a dormir a la ciudadela, sobre el pasto, transformando el parque en albergue público. A eso de las 5 e la tarde, nos levantamos a almorzar, y de ahí vuelta a la Plaza de Toros de nuevo… ¡que viva San Fermín!
Magda en su primera noche en Pamplona. Cuando llegamos, la cosa ya estaba así: gente tomando en la calle, nigerianos tocando música, bandas con trompetas y batucadas, etc. La fiesta que no se acaba mientras duran los san fermines.
Nicole y Magda carreteando con la tercera edad. Fíjense en la ropa: cuando llegamos en el bus, fue como un show: todos (pero todos!) vistiendo la misma tenida, pantalón y polera blanca, pañoleta roja al cuello y faja roja en la cintura.
Magda bailando flamenco en la peña “El Juncal”, una especie de pub con flamenco en vivo que me hizo sentirme toda una española…y olé!
Las niñas con sus tenidas de San Fermín. Pañoleta y polera característica (no quise comprar una blanca porque lo encontré muy fome), más la faja que no se alcanza a ver. La polera de Nicole simulaba estar manchada con sangre, y la mía es el diseño oficial de los san fermines de este año. Ángela Bustamante, amiga mía, yo te pregunto, ¿te gusta mi polera? Más te vale que sí, PORQUE COMPÉ UNA IGUAL PARA TI, claro que en color blanco, si la weá no es uniforme, jajaja… ya ves que sacaste regalo con tus fieles posteos, pero me la vas a tener que cobrar cuando llegue a Chile, porque en una de esas me arrepiento…
Nos fuimos a España el lunes pasado, y nos regresamos el viernes, hechas un par de estropajos humanos. Las cuatro noches que estuvimos allí prácticamente no dormimos, todo era juerga, encierros, australianos sobreexcitados con la idea de correr con los toros y gente de todas las edades celebrando a San Fermín.
La rutina es la siguiente. La gente vuelve a la vida a eso de las seis de la tarde, y quienes tuvieron la suerte de comprar un ticket para ver las corridas se dirigen presurosos a la Plaza de Toros, donde está toda la acción: los toreros, los picadores, los toros que van a morir y el gentío desesperado. Cuando termina, la gente va a comer a las ferias que se instalan en Pamplona con comida típica (paella, pulpo, etc.) y espera los fuegos artificiales a las 11 de la noche. Es increíble, pero todos los días hay fuegos, es un concurso internacional y el espectáculo dura casi media hora, es conmovedor… Después de eso empieza la fiesta: cientos de bandas van por la calle tocando música e invitando a los turistas a los cientos (miles!) de pubs y peñas que existen en el casco antiguo de la ciudad. La fiesta dura toda la noche, la juventud toma en las calles, los locales venden bocadillos calientes (una sándwich queso-jamón preparado en pan baguette) y todo es una marea de gente rojiblanca con sangría en la mano. La sangría es una especie de trago típico de esta fiesta, y que en realidad es una bomba alcohólica: martini, vodka, fruta (naranja, duraznos y lo que le apetezca) montado en una base de vino, que lo deja a uno pidiendo agüita después de probarlo… A las 5 de la mañana, los fiesteros que quieren ver el encierro se empiezan a dirigir al recorrido de los toros, porque más tarde no queda espacio. El encierro es el momento en que sueltan los toros desde el corral y los hacen llegar hasta la plaza de toros, con todo el weonaje que corre con ellos. Esto se hace todos los días de San Fermín a las 8 am, y el horario produce que muchos extranjeros que estuvieron tomando toda la noche se envalentonen, corran con los toros, se caigan y dejen la cagá. Consecuencias: cornadas en la piernas, en la cara, en la guata, hasta en las axilas! Gringos y australianos ebrios son las presas favoritas de los morlacos que corren todos los días. Para el desayuno: chocolate caliente y churros.
A las 9 am sale la comparsa de los gigantes y cabezudos desde la estación de autobuses con rumbo a la ciudad. Es un desfile con muñecos, principalmente para los niños, porque San Fermín (a pesar del alcohol en cantidades industriales) es una fiesta para toda la familia. Después de eso, tipín 11 am, la Plaza de Toros abre sus puertas de nuevo, pero en las mañanas el espectáculo es gratuito, y consiste principalmente en atracciones humorísticas con los toritos, porque los grandes (los peligrosos, los de verdad) están en el espectáculo de la tarde, en la corrida.
Después del medio día, hay un sinfín de actividades para los asistentes a la fiesta: misa en la capilla de San Fermín, recitales de jota, etc; pero la mayoría de la gente se va a dormir. Aquí es donde la juventud como nosotras agarra su saquito y se va a dormir a la ciudadela, sobre el pasto, transformando el parque en albergue público. A eso de las 5 e la tarde, nos levantamos a almorzar, y de ahí vuelta a la Plaza de Toros de nuevo… ¡que viva San Fermín!
Magda en su primera noche en Pamplona. Cuando llegamos, la cosa ya estaba así: gente tomando en la calle, nigerianos tocando música, bandas con trompetas y batucadas, etc. La fiesta que no se acaba mientras duran los san fermines.
Nicole y Magda carreteando con la tercera edad. Fíjense en la ropa: cuando llegamos en el bus, fue como un show: todos (pero todos!) vistiendo la misma tenida, pantalón y polera blanca, pañoleta roja al cuello y faja roja en la cintura.
Magda bailando flamenco en la peña “El Juncal”, una especie de pub con flamenco en vivo que me hizo sentirme toda una española…y olé!
Las niñas con sus tenidas de San Fermín. Pañoleta y polera característica (no quise comprar una blanca porque lo encontré muy fome), más la faja que no se alcanza a ver. La polera de Nicole simulaba estar manchada con sangre, y la mía es el diseño oficial de los san fermines de este año. Ángela Bustamante, amiga mía, yo te pregunto, ¿te gusta mi polera? Más te vale que sí, PORQUE COMPÉ UNA IGUAL PARA TI, claro que en color blanco, si la weá no es uniforme, jajaja… ya ves que sacaste regalo con tus fieles posteos, pero me la vas a tener que cobrar cuando llegue a Chile, porque en una de esas me arrepiento…
6 comentarios:
Vaya que lo pasan mal por estos lados ... lástima que no se pueden ver las fotos. Saludos
Magdita... no puedo ver las fotos!!!!... pero las de Venecia están geniales... nunca pensé que te vería durmiendo en la calle, jaja... y que quedara registro de ello y que más encima, lo contaras tan suelta de cuerpo... eso, podía sólo pasarte en Europa, jiji... me encantó porque dejas de manifiesto que estás hecha de una tela especial y muy resistente.
;)
Ya mi niña... sé que no he sido de los que te postea en este espacio, pero por lo menos, te contesto de vez en cuando los mails, je... yo no quiero polera, sólo ver a la bella alemana que te tutoreó, jaja... la Karen me golpeará, jaja...
Besos y abrazos por mil y saludos a la Nicole, que espero no haya sido una de las corneadas por los toros.
Besos... bon voyaje a Paris.
bushaa seño no c vn las fotitos
buenu = muxos besitos
c cuida adizitooo
Querida Hija:
Eres estupenda como relatora de corridas de toro; felicitaciones. Las fotografías que antes no se veían, pero que ahora sí, están -en general- muy lindas y -en particular- tu muy bella como siempre.
Interesantísimas tus aventuras allí en Pamplona en especial el dormitorio, pero como estás en Europa, no importa dormir en una colectiva habitación.
Me gustó mucho el comentario de errante peregrino cuando sostiene que estás hecha de una tela especial y muy resistente.
Herrante Peregrino: "La niña es hija de tigre".
Saludos estupenda. Besitos.
Patricio Saldaña Sepúlveda
Hola!!!
entretenido tu relato de la corrida.. muy buenas tus fotos..
cuidate xau!!
tu prima Rebekita!! **
ajajajajajaja... soy un pez globo de la emouchón y acabo de pegar un grito, justo en el párrafo donde se me menciona, que seguramente escuchó toda la cuadra...
Pucha yo sabía o imaginé mejor dicho que San fermín no "destiñiría" jajajaa...
me alegro tanto que todo este saliendo de mil maravillas y que el viaje éste terminando a 10 puntos.
GRACIAS, GRACIAS, MIL GRACIAS POR MI POLERA DE SAN FERMÍN... no es ser presumida, pero creo que me la merezco por fiel.
Bien muchos saludos y bueno ahora que viene Paris, no me queda más que decirte que no te pierdas (si es que alcanzan los euros) subir por la torre, mi papá subió y dice que yapuede morir tranquilo.
Besos Magda y te juro que no me olvidaré de cobrarte la polera.
Suerte nuevamente y esperaré más fotos en el blog sobre la fiesta de pelos.
Publicar un comentario