miércoles, 27 de junio de 2007

Vagabundas en Venecia… la travesía italiana

Este viaje ha sido uno de los más bacanes de mi vida, no sólo porque fue hacia Italia (con todo lo que ello implica) sino porque hice un montón de cosas por primera vez. El miércoles 13, después de clases, nos fuimos desde Kassel al aeropuerto de Frankfurt a tomar el avión rumbo a Roma. A la capital italiana arribamos tipín 11 de la noche, con la esperanza de tomar el último tren a Venecia y llegar allá en la mañanita. Sin embargo, el tren ya estaba todo vendido y el siguiente salía al otro día, a las 7 de la mañana. Decidimos dejar las maletas en la estación y salir a recorrer Roma en la noche. La cosa dio resultado, aunque quedamos exhaustas, a las 3 am estábamos en un bar comiendo pizza, a las 4 nos sentamos en un escaño en la calle frente a una vitrina de Dior, y a eso de las 5 am abrieron la estación (El “Termini”) y esperamos ahí a que saliera nuestro tren. Hasta nos pegamos un pequeño tuto afirmadas en la pared…

Venecia es una ciudad que nunca voy a olvidar. No sólo es la más bonita que he visto; también es la más romántica, lujosa, y para que decirlo, la más cara que me ha tocado. Llegamos el jueves a la una de la tarde, y lo primero que hicimos en la estación fue preguntar por alojamiento. Resulta que justo esos días habían unos festivales multitudinarios en Venecia, con toda la cuática: Iron Maiden, Aerosmith, ¡la cagá! Así que el alojamiento más penca salía 100 euros la noche (70 lucrecias). Imposible, considerando que cada una llevaba como 400 euros para sobrevivir una semana en Italia. Decidimos, lisa y llanamente, dormir esa noche en la calle (again). Dormir en la calle en Santiago o en Conce es charcha, pero dormir en la calle en Venecia, no sé poh, como que tiene su estilo, onda que haciendo eso en Chile somos vagas, en Venecia somos turistas, jajaja… la cosa es que resultó ser más común de lo que cualquiera pensaría; esa noche, después de recorrer toda la primera parte de la isla (tiene varias partes, nosotras visitamos dos) y más cansadas que la cresta, nos fuimos a dormir a la estación hasta la 1 am, que fue cuando cerraron. Ahí nos pusimos a dormir en las escaleritas, que quedan justo frente al mar. La estación de Venecia es como la Biblioteca de la UdeC (perdón que la cite tanto, es que creo que es un referente útil para todos) salvo que frente a las escaleras, en vez del pasto, está el mar. Y no es webeo, está ahí mismo, onda que cuando nos dormimos, estábamos arrulladas por el sonido del agua veneciana...

Las escaleras de la estación son de lo más cosmopolita que hay. No éramos las únicas durmientes, había una cantidad impensable de jóvenes como nosotras de todas las nacionalidades, durmiendo con todo el equipo, saco de dormir incluido, claramente gente con más experiencia que nosotras en esto de pernoctar al aire libre. Al otro día (6 am) abrieron la estación y nos fuimos a dormir adentro, hasta que como a las nueve llegó un guardia con una luma y nos dijo que la cuestión no era para dormir. Como nos hablaba en italiano, nos hicimos las tontas, onda “we don´t understand, can you speak in english, please?”, jajaja… ahí el guardia nos dijo: NOT SLEEP, SIT DOWN, así que agarramos nuestras pilchas y nos fuimos afuera de nuevo. Las escaleras estaban otra vez llenas, así que nos tiramos y yo descaradamente le dije a la Nicole: yo me quiero levantar tarde hoy día… jajja, q barsa… la cosa es que como a las 11 am, durmiendo con el tremendo sol en la cara, nos fuimos al baño a despejarnos y salimos a recorrer el otro lado de Venecia. En la noche tomamos el último tren a Roma y llegamos allá a las 7 am, con tres noches sin ver una cama, y por supuesto una ducha… un viaje que nunca voy a olvidar.

VAGABUNDAS EN VENECIA. Acá estoy yo durmiendo afuera de la estación. Suena brígido, pero no es tanto. Nadie nos molestó y yo estaba tan cansada, que recuerdo haberme dado varias vueltas en pleno cemento, como que fuera el box spring más cómodo de Fallabella…




















Albergue público. Nicole con los otros turistas de fondo: chinos, europeos, etc. para la próxima nos vamos a conseguir sacos de dormir…



















Esta foto es de día, pero esta parte es la que está justo frente a la estación. ¿Cómo no va a ser rico dormir así? Escuchando el murmullo del agua… no es como escuchar el Mapocho de Santiago, el Andalién de Concepción, ES ESCUCHAR VENECIA!!! Picantes con estilo, cachai?

























Esta foto me encanta: bajo el puente principal, disfrutando de la noche veneciana. Chilenas afortunadas. Abajo les cuento más.

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Día uno: góndolas de verdad

Venecia se hunde un centímetro por año y la cosa no es invento de la Visa/Master Card (“porque la vida es ahora”). La isla realmente está encajada en el mar, a pesar de que existen calles en su interior. No sé si mi comprensión de la arquitectura veneciana es muy limitada, pero la cosa es que no puedo entender cómo es que construyeron todo eso encima del agua. Antes yo pensaba que de alguna manera, habían colado canales entre medio de las casas para hacerlo, no sé, más bonito, pero la verdad es que el agua que corre por esos canales es salada, PORQUE ES MAR, y todos los transportes públicos son barcos. Por ejemplo, antes de viajar yo bajé un mapa del “metro” de Venecia, que en realidad son barquitos que paran en cada estación transportando gente. Los taxis son botes, los autos son lanchas; acá ni por si acaso se ve una bicicleta o algún vehículo con ruedas. Todo es por mar. Para llegar de un punto a otro hay que cruzar los puentes y todas las mañanas, uno mira por la ventana y lo primero que ve es al vecino mirándolo con cara de pescado, jaja…

Como sea, es una isla preciosa. El primer día recorrimos todo lo comercial, nos colamos por calles angostas llenas de tiendas famosas, Channel, Gucci, Prada, la perdición de cualquier mujer con plata (que no era nuestro caso, afortunadamente), cenamos una pizza frente al mar y comimos helados como enfermas (lo único barato en la isla). La verdad es que me acuerdo y me emociono, veo las fotos y temo no ser capaz de reflejar acá la hermosura de Venecia…



















Góndolas venecianas: un ojo de la cara, pero vale la pena. El paseo más bonito que he tenido en media hora. De fondo, el gondolero.



















Nicole en una calle típica de la isla.

























Esta es mi calle… perdón lo egocéntrica, pero necesitaba evidencia audiovisual de mi nombre en italiano, mama mía!

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Día dos: la plaza de San Marcos

El único lugar abierto entre las angostas calles de Venecia es la plaza de San Marcos. En medio de ella, la imponente Basílica de San Marcos, turística a más no poder. Todas las tardes, a eso de las 8 pm, el agua del mar empieza a subir y se cuela por el pavimento hasta la superficie, inundándola casi por completo. A eso de las 11 pm, nadie puede circular por allí, a menos que lleve góndola. Preguntamos cómo es que no hacen nada para repararlo, pero nos dicen que no tiene arreglo; cada vez que sube la marea la plaza se inunda, y eso mismo va a pasar un día con Venecia, inevitablemente se va a hundir, ella y toda la maravilla que posee… el consuelo es que alcanzamos a verla antes de que eso pase…

En la plaza de San Marcos empezamos el día dos. Frente a ella, se observa la isla de San Giorgio Maggiore, con sus imponentes construcciones. También es posible ver una de las “colas” de la isla, con la basílica de la Salute, a la que también visitamos. Toda nuestra estadía fue caminar, caminar y caminar, porque como ya dije, el transporte son los barcos, y después de pagar un ojo de la cara y la mitad de otro para andar en góndola, el resto fue recorrer toda la isla a pie. Pero lo vale, francamente, cada rincón de Venecia es un sueño, como de cuento, esos lugares que uno no debería dejar de ver en la vida, pucha, la raja.

Magda en la plaza de San Marcos, con la imponente basílica a sus espaldas. Increíble, verdad?



















Nicole en un ala de la plaza. De fondo, la isla de San Giorgio Maggiore.



















Aquí estoy en el lado del frente, después de recorrer toda la isla para llegar a la otra Basílica. Mar veneciano a mis pies…
























La basílica de la Salute… sin palabras.

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Soy consumista… ¿y qué?

Esto es lo último: el lujo veneciano me mató. De todas las ciudades a las que vamos, siempre nos estamos llevando recuerdos, pero acá me habría gastado feliz toda mi plata comprando cosas. Al final, me contenté con una polera y un calendario, además de los infaltables llaveros para los amigos QUE ME POSTEAN PERIODICAMENTE, o al menos me mandan mails.
























Cada año, en febrero, se realizan en Venecia los festivales venecianos. Mi mayor rencor fue no poder llevarme una máscara veneciana. No sólo por lo caras, sino por lo frágiles, con todas las peripecias que pasamos el Roma, con cuéa abría vuelto a Alemania la pobre, a Chile ni cagando… acá una foto de las maniquíes del festival.

























Nikki en pleno centro comercial. La cartera no se le alcanza a ver, pero dice Venecia y tiene una góndola bordada. Además se compró dos pares de aros… cuento esto para que no crean que soy yo no más la consumista… cachen que de fondo hay un McDonalds.
























Concurso postee y gane. En Venecia, las tiendas de diseñador son tan comunes como las tiendas de chinos en Patronato. Fue un insulto para mis bolsillos de estudiante y mis aspiraciones de burguesa. Así que les voy a tirar un concursillo… esta foto es de un vestido en Prada. Compré un llavero precioso de Venecia para aquél que se acerque al precio que vale la prenda. Les recuerdo que es sólo un vestido, no me vayan a salir con algún disparate como “cien mil euros” o algo así… No. Es caro pero es comprable… por Paris Hilton, jajaja… ya, se abrieron las apuestas, ¿cuánto le echa usted? Vendido a la una, a las dos …

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jueves, 21 de junio de 2007

La mejor semana de nuestras vidas

Esta semana fue bacán. Bacanísima. Tan bacán que no tuve tiempo ni de escribir; recién hoy voy a subir algo al blog, que no es ni la mitad de lo que hemos vivido, pero sirve de antesala para contarles. De partida, recibimos la nota de un trabajo de IPE que había que hacer en grupo, y que yo hice obviamente con la Nicole. Nos sacamos un 1,7; y fue como si hubiésemos tocado el cielo, jajaja… ese ramo es realmente difícil, y en la escala del 1 al 5, un 1,7 es la raja.

Lo otro es que mi amiga estuvo de cumpleaños el sábado pero lo celebramos anoche, en un pub que está al lado de la universidad. Vino un montón de gente, todos los amigos que hemos hecho en este tiempo, de todas las nacionalidades, ¡la cagó! Lisa (nuestra amiga alemana) preparó ella misma un pastel de cumpleaños, y Nicole recibió flores, un peluche gigante, una carta con saludos en todos los idiomas, y una polera que se la firmaron todas las personas que anoche estuvieron en la fiesta. Fue increíble, lo pasamos la raja, fue bacanísimo! Según Nicole, fue el mejor cumpleaños de su vida. Qué lindo…

Y bueno, lo principal: fuimos a Italia. Otro mundo, no me da el cuero ahora para describirlo. Estuvimos dos días en Venecia y tres días en Roma, y fue inolvidable, como para contarle a los nietos. El sábado fue el cumpleaños de Nicole y lo celebramos en Roma, con un helado en la Fontana di Trevi. Gracias Dios, por todo lo que nos estás dando.

Con calma voy a contarles todas las aventuras, ya la próxima semana sospecho, porque estos días estoy con una pega terrible. Les dejo ahora las fotos más bellas de nuestra estadía en la bella Italia…

Magda y Nicole frente al canal más grande de Venecia, Italia...góndolas de fondo...


















Chilenas frente al imponente Coliseo Romano.




















Las niñas en la plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano.






















Nicole y Magda frente a la hermosa Fontana di Trevi.

Sí. Esta fue la mejor semana desde que estamos acá. Tal vez la mejor de nuestras vidas.

Desde mi corazón

Querido Pedro:

Hemos cumplido dos años y medio desde que estamos juntos. Nunca pensé que esta fecha nos encontraría separados, tú en Chile y yo en Europa. Sé que ha sido difícil, porque la distancia es nefasta para el amor, pero el nuestro es fuerte y ha sabido resistir los golpes de la lejanía.

Quiero decirte que desde que estoy contigo, veo la vida distinta, me siento completa, soy más feliz. En estos dos años y medio, te has convertido en el centro de mi existencia y en una especie de príncipe azul. No importa que suene cursi, te amo, y sé que tú a mí también, y que cuando vuelva a Chile me estarás esperando con tu mirada franca y tu sonrisa siempre generosa.

Pedrito, no te sientas solo en Chile. Yo estoy lejos, pero te amo igual que el primer día que te besé. Más. Sigo siendo la niña ingenua que llegó a tu casa a los 19 años; la periodista de corazón provinciano que se deslumbra con las luces de la capital. Esta vez son las luces europeas las que me hacen alucinar, pero no significa que las luces de tus ojos no sigan siendo las más importantes. Te quiero, te extraño, te amo, y te aseguro que nada de lo que hay acá puede hacer que mi amor por ti disminuya. Quiéreme tanto como hasta ahora, porque tu cariño es correspondido, con creces.

Gracias por todo lo que me has dado. Ya falta poco bebé, cada día menos.

Magdalena.


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Empanadas Chilenas en Alemania, mierda!!

¿Se acuerdan de la competencia culinaria que hubo en la Universidad de Kassel, donde cada país debía cocinar su comida típica? ¡Pues nosotras ganamos! Ganamooos, siiii, ganamos con las empanadas mierda, jajaja... Fue una ardua tarea, ya que ninguna de las dos (Nicole ni yo) había hecho empanadas en su vida, siempre había sido con la mamá al lado, así que esta primera vez fue inolvidable, aprendiendo a hacer empanadas chilenas en Alemania...



















Todo empezó con la recolección de ingredientes, entre los cuales los que más nos costó encontrar fueron la manteca y la levadura. La manteca, de hecho, no la pillamos, así que entérense que se pueden hacer empanadas con mantequilla y el sabor queda igual. Jajaja, ahora estoy dando consejos... La cosa es que el miércoles después de clases nos fuimos a almorzar, luego al supermercado por los ingredientes y luego a casa a cocinar. No teníamos uslero, así que amasamos con una botella. A las 8 de la tarde estábamos camino a la universidad con nuestro preciado plato.



















Los platos de los otros países fueron los siguientes: España con una tortilla de papas (no les dio el cuero para hacer paella...), Polonia con unas empanadas super parecidas a las nuestras fritas, pero que ellos las cuecen en agua; Letonia con una torta, Holanda con unos canapés, y Estados Unidos con sandwiches de mantequilla de maní, jajaja, muy gringo... Los jurados (cuatro en total) comían de cada plato y luego comentaban entre ellos su veredicto. Después el resto del perraje atacaba lo que quedaba en las bandejas (me incluyo). En honor a la verdad, debo decir que no fuimos las únicas ganadoras, ya que hubo un triple empate por el primer lugar con Polonia y Letonia. Sus comidas estaban francamente muy ricas, y el premio fue una botella de champaña para cada país. El segundo lugar fue para España, el tercero para Holanda y el último para Estados Unidos (fucking yankeeeeees...jajaja) Aquí mi amiga dándole el visto bueno a las primeras que cocinamos...

























Aquí el plato ganador, ubicado en la mesa de degustación: los corazoncitos fueron gentileza de la señora Yeya, al igual que la foto de los copihues. La bandera la traje yo, es la que le pongo a mi auto para el 18. ¡¡Viva Chile, mi alma!!

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martes, 5 de junio de 2007

Magda obtuvo su primer 1…Viva Munich!

Siiiiiiii, me saqué un 1 yo también, y aunque fue el martes pasado, nunca es tarde para publicarlo. Me alegro un montón de que las cosas se estén dando así, harto carrete, harto viaje, pero también harto estudio y provechosos resultados. Las cosas están saliendo bien. El 1 fue en la disertación del ramo de Gender and Work, el mismo donde hace un mes atrás Nicole hizo la misma gracia. Así que estamos contentas, satisfechas y agradecidas.

Este fin de semana no viajamos porque nos quedamos estudiando en Kassel, así que aprovecho de contarles del fin de semana pasado, ya que antes no tuve tiempo. Fuimos a Munich, la capital del estado de Baviera (Bavaria, Bayern en su nombre alemán). Nos fuimos un viernes y nos volvimos el domingo al medio día, principalmente porque yo tenía que preparar mi disertación para el martes (¿ven que somos niñas aplicadas? El lunes fue feriado acá y pudimos quedarnos los cuatro días, pero las responsabilidades son más fuertes…) Aún así, y aunque me pese, esta vez no podré escribir una guía turística de lo que fue nuestro recorrido por la ciudad, porque en honor a la verdad, debo confesarlo: a Munich fuimos a puro tomar.

Resulta que Lisa, nuestra mejor amiga y ángel de la guarda acá en Alemania, nos invitó a una especie de Festival Universitario que había en Munich aprovechando el fin de semana largo. Se realiza todos los años y aparte de tomar cerveza (principal deporte de la zona) hay bandas de rock y stands con comidas típicas de China, Tailandia, Alemania, etc. La cosa es que Lisa se iba a poner con un stand a vender comida junto con otras amigas alemanas, y nos invitó a ir con ella a conocer la ciudad y, obviamente, tomar chela. Como es claro, no nos hicimos mucho de rogar, y el viernes teníamos las maletas listas y una tremenda sed para irnos a Munich, a cuatro horas y media de nuestra querida Kassel.



















El festival en Munich estuvo rebueno: harta comida, harto estudiante, harta cerveza (harta). Esto alemanes toman cerveza como toman agua, es impresionante. Para qué decir la cantidad de gente, pura juventud y de diversos países. No podía estar ausente el infaltable chileno: nos encontramos con un grupete de compatriotas que llevan un montón de años acá y que son oriundos de Viña del Mar, más específicamente del condado de Reñaca… (galla!) y que habían estudiado en el Colegio Alemán. Andaban con un alemanote rucio a cagar, al cual Nicole le dijo una sarta de garabatos de grueso calibre, como incentivo para que aprendiera español. El problema fue que el rucio era mitad alemán, mitad chileno, por lo que hablaba perfectamente español y captó cada palabra que mi socia le dijo, jajaja… en todo caso, resultó ser muy simpático y lejos de enojarse, nos invitó un par de copetes ya que era amigo del barman (típico: chileno tenía que ser…) así que tomamos toda la noche gratis…
















Estuvimos en esa onda el viernes y el sábado, porque como ya les dije, el domingo nos volvimos. En todo caso, creo que venirnos antes de que el festival terminara fue una de las decisiones más inteligentes que hemos tomado desde que estamos acá. Considerando los litros de alcohol que habían en ese lugar, no sé que tan sano habría sido quedarse “hasta que las velas no ardan…”

Esta foto es de una de las bandas que tocaron en el festival. Como verán, era harto simpático el vocalista…
























Acá estamos (sentadas) Iris, la dueña de casa que nos dio espacio para alojar, y de la cual estamos inmensamente agradecidas; Simone, una de las amigas de Lisa que vendió comida con ella; y Lisa, nuestro angelito. Echadas en la cama estamos Nicole y yo. Creo que esta foto me desprestigia, porque la verdad, todas estábamos con un shopero como el mío, pero sólo yo salgo tomando en la foto… Y bueno, mi socia Nicole, que fue más cauta y agarró una botella para no lucir tan evidente… Cuando conté que en Colonia servían la Kölsch en vasos larguiruchos, mi amigo Rodolfo Maureira (nuestro profesor de alemán antes de venirnos) me escribió: “Colonia es a Alemania lo que Milán es a Italia. Obviamente no van a tomar su cerveza en un jarro de un litro como los borrachos de Bavaria (bayern) jajjajaj. Die Kölner sind elegante Leute...”


München, Landeshaupstadt

La verdad, nunca tan pencas como para no recorrer ni aunque fuera un poquito la ciudad… claro que el turisteo esta vez no fue tan a conciencia como las otras veces, así que no tengo datos históricos ni nada ilustrativo que entregarles, salvo las fotos. Por lo demás, el sábado llovió, así que no pudimos caminar mucho, nos mantuvimos todo el tiempo recorriendo el centro al amparo de las vitrinas y tomamos las fotos en la medida que el clima lo permitía.

Les puedo contar que Munich es la tercera ciudad más importante de Alemania, al menos en lo concerniente a habitantes. Al igual que las otras ciudades que hemos visitado, tiene una gigantesca Dom y una tremenda Rathaus. Estos alemanes tienen una obsesión por las catedrales y los municipios, siempre son los edificios más imponentes de la ciudad y están en constantes reparaciones.

Acá está mi amiga Nicole con la Rathaus a sus espaldas. Lo que se ve al lado derecho es la gran torre de la municipalidad, llena de andamios para ser reparada.


























Magda en la Marienplatz, en pleno centro de la ciudad. La verdad es que fui con la polera equivocada; como el fin de semana anterior estuvimos en Berlín, aproveché de estrenar mi nueva prenda…


























Nicole y Magda frente al Palacio de Nymphenburg, antigua residencia de verano de los reyes de Baviera. A esta hora ya era muy tarde, estaba todo cerrado y nos tuvimos que contentar con ver el palacio por fuera. Pero la verdad es muy bonito, tiene una especia de “laguna de los patos” como la de la UdeC, pero a mayor escala y con más patos… también tiene cisnes, cuyas plumas se observan en el pasto de la foto.



















Y la más importante: Chilenas frente a la Hofbräuhaus, ¡la cervecería más importante del mundo! Saaaaaaaaaaa… en serio! Bueno, al menos eso dicen ellos… será cierto? Lean el siguiente post y entérense…

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Mozo…: ¡Una cerveza!

¿Alguna vez han ido a la Kuntsmann de Valdivia? Bueno, la Hofbräuhaus es igual. Es como que sacaron el molde para la dos, ¡cervecerías idénticas! Al entrar a la Hofbräuhaus, lo primero que hice fue acordarme de ti, Pedrito, de cuando fuimos a la cervecería en Niebla, llena de gente, de bullicio, de cerveza… Acá nos encontramos con un montón de gente feliz, celebrando, tomando, riendo, fue bacán. Los mozos caminan con hasta seis shoperos en las dos manos, si no más… Estaba llenísimo de gente y tuvimos que esperar un rato para encontrar mesa, y eso que la cuestión es enorme, con mesas en el patio y toda la cuática, ¡gigante! Pero estaba lleno de gente y una simpática banda amenizando el lugar.





















Con mi amiga pedimos la especialidad de la casa, junto con unas ricas salchichas alemanas y un pretzel, una especie de pancito salado del cual Nicole es adicta. Aquí estamos haciendo un salud.



















Resulta que detrás de nuestra mesa había una despedida de soltero, como con 10 tipos que a esa hora ya habían tomado mucho. Cuando vieron este par de lindas niñas bebiendo solas y abandonadas, no dudaron en hacernos compañía. La despedida era muy organizada, todos andaban con una polera que tenía la foto del novio, el cual andaba con un grillete amarrado al pie que tenía un pedazo de madera con la inscripción “Stephanie”, el nombre de la novia, jajaja…





















Acá estoy yo con el novio. El gorrito tenía unas cositas pegadas que eran recuerdos del oktoberfest y de un festival de no sé dónde… el tipo era muy simpático, pero a esa hora su inglés no era muy fluido, y su alemán peor, jajaja…¡¡que vivan los novios!!

Münchener Dom

Magda y Nicole bajo las torres de la Dom, dedicada a la virgen. Ésta es la más “penquita” de todas las que hemos visto, aunque reconociendo que la cuestión igual es bacán. Lo que pasa es que las catedrales de Berlín y Colonia dejaron la vara muy alta… sobre todo por dentro, el altar y la decoración era muy similar a las iglesias chilenas, con lo que no estoy diciendo que las nuestras sean feas, sino que no sigue la arquitectura típica a la que nos habíamos acostumbrado (oro, barroco, etc.).





















Estos huesos son los restos de Santa Munditia, patrona de las solteras. La reliquia no se encuentra en la Dom, sino en la Iglesia de San Pedro (Peterskirche), otra iglesia que también recorrimos. Cuando vi el cadáver de la santa rodeado de joyas y coronas, dije: nooooo, no puede ser! Pero sí, la tienen ahí, ENTERITA, para que las solteras le recen para encontrar marido… yo igual recé un poquito a ver si salta la liebre cuando vuelva a Chile… ahhh, jaja, te urgiste Pedro…





















En la misma Iglesia de San Pedro había pase por un euro para subir a la cúpula y observar la ciudad. Como ya estamos peritas en esto de subir escaleras en las iglesias, subimos los 14 pisos (sí, catorce) que llevaban a lo alto de la iglesia y observamos la bella ciudad de Munich… en esta foto se observa la Dom en su totalidad: el edificio con techo rojo y dos torres con gorro verde que se ven al lado izquierdo de la foto son la catedral… si igual es bacán la cuestión… y lo que se asoma detracito mío es la torre de la Rathaus, ¡pucha que es linda Alemania!



















Magda como toda una alemana en las calles de Munich (München, su nombre en alemán). Polera de Berlín, bolso de München, corazón de chilena… me faltó el shopero que me compré en Colonia, jajaja… buena pinta, ¿ah?

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