El único lugar abierto entre las angostas calles de Venecia es la plaza de San Marcos. En medio de ella, la imponente Basílica de San Marcos, turística a más no poder. Todas las tardes, a eso de las 8 pm, el agua del mar empieza a subir y se cuela por el pavimento hasta la superficie, inundándola casi por completo. A eso de las 11 pm, nadie puede circular por allí, a menos que lleve góndola. Preguntamos cómo es que no hacen nada para repararlo, pero nos dicen que no tiene arreglo; cada vez que sube la marea la plaza se inunda, y eso mismo va a pasar un día con Venecia, inevitablemente se va a hundir, ella y toda la maravilla que posee… el consuelo es que alcanzamos a verla antes de que eso pase…
En la plaza de San Marcos empezamos el día dos. Frente a ella, se observa la isla de San Giorgio Maggiore, con sus imponentes construcciones. También es posible ver una de las “colas” de la isla, con la basílica de la Salute, a la que también visitamos. Toda nuestra estadía fue caminar, caminar y caminar, porque como ya dije, el transporte son los barcos, y después de pagar un ojo de la cara y la mitad de otro para andar en góndola, el resto fue recorrer toda la isla a pie. Pero lo vale, francamente, cada rincón de Venecia es un sueño, como de cuento, esos lugares que uno no debería dejar de ver en la vida, pucha, la raja.
Magda en la plaza de San Marcos, con la imponente basílica a sus espaldas. Increíble, verdad?
Nicole en un ala de la plaza. De fondo, la isla de San Giorgio Maggiore.
Aquí estoy en el lado del frente, después de recorrer toda la isla para llegar a la otra Basílica. Mar veneciano a mis pies…
La basílica de la Salute… sin palabras.
En la plaza de San Marcos empezamos el día dos. Frente a ella, se observa la isla de San Giorgio Maggiore, con sus imponentes construcciones. También es posible ver una de las “colas” de la isla, con la basílica de la Salute, a la que también visitamos. Toda nuestra estadía fue caminar, caminar y caminar, porque como ya dije, el transporte son los barcos, y después de pagar un ojo de la cara y la mitad de otro para andar en góndola, el resto fue recorrer toda la isla a pie. Pero lo vale, francamente, cada rincón de Venecia es un sueño, como de cuento, esos lugares que uno no debería dejar de ver en la vida, pucha, la raja.
Magda en la plaza de San Marcos, con la imponente basílica a sus espaldas. Increíble, verdad?
Nicole en un ala de la plaza. De fondo, la isla de San Giorgio Maggiore.
Aquí estoy en el lado del frente, después de recorrer toda la isla para llegar a la otra Basílica. Mar veneciano a mis pies…
La basílica de la Salute… sin palabras.
2 comentarios:
Magda que te ves linda, me encantas. Todas las fotos parecen postales.
Te amo bebesita.
Reinita
Las fotos estan preciosas y para que te digo, las dos parecen verdaderas modelos.
Besitossssss
Publicar un comentario