Se me acabó la fiesta. Se me reventó la burbuja donde estuve viviendo por cuatro meses. La Nicole se va el lunes y yo seguiré acá por otras dos semanas, para terminar el trabajo del 15 de agosto y para conocer Polonia y República Checa, que es lo que me falta. Los amigos más cercanos se juntaron para decirle adiós a esta australiana con alma de chilena que dice groserías aprendidas en Florida. Aunque mi lado egoísta está triste porque te vas (porque me habría gustado terminar juntas nuestra estadía acá) entiendo tus razones y te deseo lo mejor junto con tu familia en Chile. Querida Nicole, yo sé que no fui la amiga más comprensiva ni la más paciente, pero sí sé que entre las dos se creó un lazo muy fuerte, y que te agarré más cariño que la cresta. Aunque acá todos dicen que no voy a estar sola, que me sobran los amigos con quienes seguir la farra estas dos semanas, la verdad ya nada será lo mismo; con tu partida, el fin de este sueño se hace inminente, y la realidad es que en mi vida ahora hay un antes y un después: antes de Alemania - después de Alemania. No sé si en la práctica esto tendrá una repercusión tangible, pero en la intimidad de mis recuerdos, lo que viví acá seguirá siendo tan importante como el primer día que llegué.
En la universidad casi todos se han ido, y los que quedan se irán pronto, como yo. Las fiestas de despedida han estado a la orden del día. Se fue Dan, el australiano que fue nuestro amigo más alegre y gracioso. Junto con Alexandra, su esposa, nos abrieron la puerta de su casa y nos brindaron su sincera amistad. Se fue Gjergj, nuestro amigo de Albania que trabajaba en el laboratorio de computación, y que se portó la raja con nosotros traduciendo esas tesis en alemán. Se fue Evelyn, la mexicana que estudiaba en nuestro magíster y que este fin de semana se casa en Inglaterra con su novio inglés. Y el lunes se va Nicole, con lo que cierro la etapa en Kassel, y a la vez cierro mi etapa con ella. Nada será lo mismo en Chile, amiga, allá volveremos a ser las profesionales con responsabilidades que cumplir, y ya no las estudiantes de intercambio viajando por Europa despreocupadamente. Fue lindo mientras duró. Te quiero mucho.
¿Te acuerdas de esta foto? Fue la primera que nos tomamos en la Universidad, y dijimos que tenía que ser ahí, en la entrada, para que se viera el logo de la Mercedes Benz de fondo… Ése era el tiempo en que los Mercedes nos llamaban la atención, y que nos tomábamos fotos con autos bacanes (Audi, Jaguar, BMW) porque decíamos que en Chile no se veían, jajaja...
Nuestra primera y única visita al cine. Vimos una película gringa malísima, pero que la elegimos porque las demás eran alemanas. Pero cuando entramos fue como, “oh! HORROR” doblada al alemán… ahí nos enteramos que, tal como decía Rodolfo, estos alemanes no subtitulan, sino que doblan, a menos que sea una película muy importante o un cine grande, como los de Berlín. El de Kassel no era el caso… sin embargo, valió la pena porque descubrimos que se podía tomar cerveza dentro del cine, así como en todas partes, en la uni, en la calle, en el tranvía, etc. Así fue nuestra bienvenida a Alemania.
Semana de orientación. Primer día en la Universidad de Kassel. Los tutores tenían preparadas un sinfín de actividades para todos los estudiantes internacionales. Ese día fue el inicio de una hermosa amistad con muchos de ellos. Aquí estamos con nuestro primer kuchen alemán.
La FreudenHaus. Nunca me voy a olvidar de este bar. Todos los miércoles, religiosamente, los estudiantes nos juntábamos allí para beber y bailar. Aquí conocimos otros chilenos que vivían acá, nos juntamos con nuestros amigos polacos, compartimos con los GPE students y celebramos el cumpleaños de la Nicole. No, no nos vamos a olvidar de este bar.
Aquí estamos abriendo el helado que llevamos de postre ese día que almorzamos en la casa de los polacos. ¿Te acordái que hiciste la gracia del corcho en la botella? Que manera de comer, ésa es la razón por la que hemos engordado tanto…
Un mes exacto. Esa vez dijimos que todos los meses nos sacaríamos una foto para mandarla a Chile, pero nunca más lo hicimos. Estamos en casa, brindando por el primer mes de estadía en Kassel. Ahora la veo y me parece que fue hace tan poco…
Ésta es de la Iglesia de San Bonifacio, a la que empezamos a ir los domingos cuando descubrimos que al medio día decían la misa en castellano. Un cura mejicano más fome que chupar un clavo, hacía la misa para la comunidad latina de Kassel, unos 20 pelagatos. En honor a la verdad, nunca vi misas más fomes en mi vida. Los cantos eran hablados y el cura era seriote. Pero igual íbamos, para dar gracias, para pedir por los trabajos, porque nos resultaran los viajes. Este domingo deberíamos ir, aunque fuera para despedirnos, ya?
Las perlas jugando pool. Tanta weá que hicimos Nicole, tantos paseos, tantos viajes, tantos amigos… PUTA QUE TE VOY A ECHAR DE MENOS, PENDEJA DE MIERDA!!!
Ésta es la prueba de que nuestra estadía acá no fue puro paseo. Nos sacamos la cresta estudiando, leímos más textos que la mierda, nos acostábamos tarde y nos levantábamos temprano para hacer los trabajos y para que nos fuera bien. Voy a extrañar tanto el TorCafé, donde me instalaba con mi ruma de libros y mi notebook para aprovechar la señal Wi-Fi de la universidad…
Comenzó la travesía! Éste fue nuestro primer viaje, cuando decidimos conocer la inolvidable ciudad de Colonia. En ese viaje hicimos todo por primera vez: nuestro primer mitfahrgelegenheit, nuestros primeros sándwiches de queso con verduras, nuestra primera guía de viajes. Esta foto es en la noche, cuando pasamos debajo del puente y habían vagos durmiendo, pero no nos importó porque queríamos una foto nocturna con la Dom de fondo, y para eso caminamos como tres puentes, te acordái? Los buenos viejos tiempos…
A la semana siguiente en Berlín, donde fuimos con Lisa y Erik. ¿Te acordái de la once que nos tenían los papás de Erik? Como cinco tipos de quesos, pan alemán y turco, té, café, leche, etc. Y te acordái que arrasamos con todo, jajaja, para mí que nos comimos en un día lo que ellos se demoraban una semana…
Semana siguiente, en el centro de Munich, donde fuimos con Lisa para ver el festival SustaCulum. Ésta fue la primera vez que peleamos, que nos agarramos brígido, porque a ti te dio la weá de que echabas de menos hasta al perro y te querías volver a Chile. Puta que me has sacado canas verdes cabrita…
Éstas dos son de cuando nos hicimos famosas, y salimos en la revista NOS de Chillán y Concepción. A ver si nos cae una peguita decente cuando volvamos a Chilito lindo…
Jugando al diávolo en la EuropaHaus. En esa casa hacían fiesta hasta porque es lunes, y esa vez invitaron a una especie de showman, que hacía magia, equilibrismo, etc. y que le prestó a los asistentes todos los juegos que andaba trayendo. Meacuerdo que esa fiesta se llenó porque había cerveza y comida gratis, y Javi (el español) preguntó “Bueno, ¿pero quién coño paga ezto?”, y nosotras le respondimos: “come callao weón, aprovecha que es gratis…”. ¿A cuántas fiestas fuimos? En la EuropaHaus no tantas, porque nuestra favorita era la Freudenhaus. Pero cuando veo estas fotos y nuestra cara sonriente, no puedo evitarlo, tengo que decírtelo: ¡lo pasé la raja contigo, Nicole!
Venecia, Italia. Nuestro primer viaje internacional. Cuando el gondolero dijo que la góndola costaba 40 euros por nuca, casi me desmayé. Pero cuando caché que estabas tirando las maletas adentro del bote y sacando la billetera para pagar, me dije: bueno, ya estamos acá, hay que hacerla no más, y me subí al que ha sido uno de los paseos más hermosos de mi vida.
Roma, Junio 16, 23 horas. Cumpliste 24 años y lo celebramos con un helado en la Fontana di Trevi. Justo cuando estábamos tomando esta foto, empezaron los fuegos artificiales, y tú me dijiste” ayyy, Magdyta, no tenías que organizar esto!”, jajaja… ya oh, tres veces…
Tu cumpleaños celebrado en Kassel, cuando volvimos de Italia. La media cagá que quedó! En esta foto todavía no te habían escrito en el cuerpo, pero fue tan gracioso al otro día cuando te despertaste y te encontraste toda rayada, la polera, el sostén, los brazos, hasta las pechugas! Y te acuerdas que la cabecera quedó negra porque se le traspasó la tinta del plumón, ése que tienes en la mano, jajaja… En esa foto me estás abrazando y yo estoy tratando de silbar por el cumpleaños de mi amiga Nicole...
Ese mismo fin de semana, cuando celebramos (por tercera vez) tu cumpleaños, esta vez en casa de Alexandra y Dan. La colombiana nos pidió que le enseñáramos a hacer empanadas, ya que después de ganar el concurso nuestra fama traspasó las fronteras… esta foto me gusta porque tú estás afanada amasando y yo estoy tranquilamente tomando vino chileno. Ésa sí que es vida…
Las niñas tomando desayuno en un restaurante del centro, el ALEX, de lo más granado que hay en Kassel, sólo para gente linda. Ese día fuimos a la exposición de arte DOCUMENTA, una de las más famosas de Europa y que se hace en Kassel cada cinco años. Desde un principio se nos dijo que éramos afortunadas, que estaríamos en la ciudad justo en el año de la DOCUMENTA, que podríamos apreciar la obra estando acá… ¿y saben qué? No nos gustó. Plop. Demasiado huasas para entender el arte moderno amiga, usted de Florida y yo de San Carlos, acostumbradas a las vacas sueltas en la calle y las gallinas en el patio…
Nuestro segundo viaje internacional: Pamplona-España. Durmiendo todos los días en el parque y tomando vino en la calle. Bailando y hablando de toros. Cantando con los gitanos y bailando con los negros de Kenia. Pobre de mí, se me acabó San Fermín…
Nuestros últimos almuerzos en la Mensa, el casino de la Uni-Kassel. Esa weá si que la voy a extrañar, almorzar en la u todos los días con los amigos, los compañeros, los conocidos. Planificando qué libro sacar de la biblioteca, qué trabajo toca la semana próxima o qué fiesta habrá esta noche. Sentirme como una estudiante de 20 años otra vez.
La veintiúnica vez que fuimos al Bugasee, el lago de la ciudad de Kassel. Alemania me encantó, pero lamentablemente, tiene un clima de mierda, especialmente Kassel. Verano casi no vi, a pesar de que algunos días hizo caleta de calor. Pero por ejemplo, haciendo un balance, de los más de cuatro meses que llevamos acá, más de dos han sido pura lluvia. Lo otro es que hay veces que en la mañana amanece precioso y en la tarde se suelta a llover, pero con cuática, onda tormenta eléctricay uno con falda. El día de la foto hacía tanto calor, que nos fuimos al lago con frutas y libros para estudiar. A mí, que no se me quita lo matea, se me ocurrió llevar los libros para el trabajo de Piovani y me llevé hasta el diccionario, y una vez que llegué allá, no hice más que tirarme en el pasto y me quedé dormida… Me encanta esta foto amiga, qué felices que nos vemos…
La segunda vez que fuimos al monumento a Hércules. Pasó la misma cosa, el día amaneció bonito y una vez allá, se puso a llover. Pero valió la pena, porque tuvimos la oportunidad de ver la cascada con agua. Tschüss, Herkules…
Aquí las dos con la Torre Eiffel, después de unos 20 intentos fallidos para sacar esta foto. Que la luz, que el pelo, que la guata, que tú estás más al medio, que no me veo bien… todo tenía que ser perfecto en esta foto, y estuvimos como 15 minutos tratando de sacarla, mientras el pobre Thomas nos observaba aburrido. Pero valió la pena, nos vemos preciosas.
Esta foto es feísima, todo lo contrario de la anterior, nos vemos horribles. La sacó Thomas cuando veníamos de vuelta de París, en el furgón del chino que le echó sal al café, ¿te acuerdas? Pagamos 40 euros por viajar en ese furgón desde París a Kassel, bastante económico la verdad, menos de 30 lucas. Aunque la foto es atroz, la pongo acá por todo lo que refleja: nuestra amistad, la confianza, la entrega. No sé, vernos así, durmiendo juntas, confiando tanto la una en la otra, no sé poh, a mí me cuesta llegar a ese nivel con las personas, tengo pocos amigos porque soy desconfiada, porque no me entrego… tocaste mi corazón, cabra chica, aunque a veces te agarraría de las mechas por la cantidad de weás que haces… igual te quiero oh…
Aquí en la fiesta latina, esa donde canté. A esa hora habíamos bailado caleta, tomado, gritado, etc. Sí, es cierto, estamos más gordas, producto de la comida, los kuchen, y por supuesto, la cerveza. Pero, ¿y qué? Es la prueba tangible de lo bien que lo hemos pasado, de lo comido y lo bailado, de la buena vida y la poca vergüenza… Nunca, nunca Nicole, me voy a olvidar de lo vivido acá. Aunque en Chile nada será igual, aunque tal vez llegue un momento en que ya no nos veamos, que no mantengamos contacto, que la amistad no sea la misma, siempre me voy a acordar de ti y de los hermosos recuerdos que tengo contigo. Gracias por todo lo que me diste, tal como tú dices, yo también he aprendido mucho de ti.
De Kassel, de Alemania, de Europa. Ich liebe dich, Deutschland!