viernes, 17 de agosto de 2007

Pozdrawiam, querida Polska!

Polonia no es como me la imaginaba. O tal vez, mi idea sobre las ciudades europeas está demasiado influenciada por las ciudades que ya vi: Roma, Colonia, Venecia, París. Lo más bacán de Europa, mal parámetro. Poznan y Cracovia son muy lindas, pero es otro mundo; Europa del Este que le llaman. Polonia está situada dentro del grupo de los “países pobres” que se encuentran en el lado oriental, y aunque no es para pensar que anda la gente sin zapatos, se nota la diferencia con Alemania, su vecino más cercano. O sea, es UN ABISMO de diferencia. ¿Cómo explicarlo? No es sólo lo que se ve, es lo que se percibe, la gente, las calles, la cultura. Ya el hecho de que no utilicen euros es un punto en contra; si a eso le sumamos que el dominio del inglés es limitado, se va agrandando la cosa. Pero esto no es queja ni mucho menos, en Polonia lo pasé tan bien como en los otros países que visité, lo que pasa es que este punto (la diferencia) es lo que más me llamó la atención. Pero las diferencias son buenas.

A Polonia fui con Mikolaj, mi amigo polaco. Mi mejor amigo en Alemania, creo, así que de ahí le voy a escribir un post más largo, sólo para él. Estuve allá tres días, uno en Poznen (donde vive Miki) y dos en Cracovia. Partiendo por el principio, la aventura comenzó cuando salimos de Kassel. Esta vez no viajamos ni en mitfahrgelegenheit, ni en tren ni en avión, sino en bus, mi primera vez en un bus desde que llegué a Alemania. Resulta que proyectaron una película en la tele y obviamente estaba doblada en polaco, pero es tan extraña la forma en que doblan estos tipos, resulta que dejan el audio original (en este caso era inglés) y encima le ponen la voz, pero es todo el rato la misma voz, es la voz de un hombre y no importa si el actor que está hablando es una mujer o un niño, es siempre la voz del mismo tipo, jajaja… que pajero el doblaje, la cagó.

La otra cosa que me pasó es que cuando llegamos a la frontera nos controlaron los pasaportes, cosa que jamás me había tocado. Cuando fuimos a España, Italia o Francia, jamás nadie nos pidió identificación, porque se supone que estando en la Unión Europea todos somos ciudadanos, pero Polonia se integró hace poco y las cosas funcionan diferentes. Fue así como se subió un policía al bus y todos los polaquitos le mostraban el carnet, pero cuando llegó a nuestro asiento, yo le mostré mi pasaporte y lo miró como si fuera de otro planeta. Más encima, cuando fuimos a Berlín con la Nicole, se nos ocurrió la genial idea de ponerle a nuestros pasaportes todos los timbres que ponían en Berlín cuando una persona cruzaba de un lado a otro del muro. El policía los vio y parece que le causaron mucha gracia, porque se los mostró a otro policía, y después los dos se bajaron del bus y se llevaron mi pasaporte con ellos. Como a los 10 minutos después, el chofer volvió con mi pasaporte y se dio el lujo de revisarlo entero antes de entregármelo, jajaja… Igual barsa en todo caso.

A Poznan llegamos de mañanita, y nos fuimos directamente a la casa de Mikolaj. En este punto aprovecho de decir que sus papás se portaron excelente, me atendieron, me alimentaron y hasta me conversaron. El problema fue que ellos no hablaban español ni inglés, y yo no entiendo polaco, así que la conversa fue media difícil. Mikki me traducía en inglés, por lo que la mezcolanza de idiomas era bien interesante. Como sea, fue super lindo compartir con ellos y sentir que aún ahora que la Nicole no está, sigo estando acompañada. Ese día recorrimos Poznan, y en la noche fuimos a una fiesta con otros amigos polacos nuestros que ya estaban allá. A las dos de la madrugada tomamos el tren a Cracovia, así que les dejo imágenes de lo que fue mi primer día en el país del vodka. ¡Salud!

Aquí mi amigo Mikolaj (Nicolás, en español) frente a un antiguo castillo que ahora hace las veces de museo, sala de exposiciones, biblioteca, etc.











Acá estoy yo con el teatro de fondo. La verdad, los nombres en polaco son una cosa impronunciable, ni qué decir de la escritura. Me limitaré a dar los nombres sólo de las cosas más relevantes, así que ahora conténtense con saber que este edificio era super lindo. Gracias.








Chile y Polonia juntos frente a la Biblioteca Municipal. Igualita que la de San Carlos, jajaja











Miki en una calle típica del centro de Poznan. La arquitectura era realmente muy linda.














Pleno centro. Ese día estaba soleado en la mañana y a eso de las 4 de la tarde se largó a llover, lo que me confirma que esto de las tormentas repentinas no es un fenómeno sólo de Kassel; es un mal europeo. Igual lo pasamos bien.










Magda en la municipalidad, una especia de Rathaus polaca; preciosa.


Cracovia, la antigua capital

Cracovia es bonita, no se puede negar. Antes de que Varsovia fuera la capital del país, Cracovia cumplía este papel, pero Mikolaj me explicaba que durante la segunda guerra mundial, los alemanes dejaron poco en pie. Aún así, la arquitectura medieval aún se conserva y los castillos y catedrales son super distintos de los que ya he visto en Alemania u otras partes de Europa (saaaa, ella poh, la guía turística, jaja…). Como sea, el casco antiguo de la ciudad fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y la plaza que tiene es inmensa, como la Plaza de San Marcos en Vencecia, claro que con un nombre más complicado. Es interesante cómo Mikolaj me cuenta la historia de su país; cuando recorríamos el museo viendo las armas y los cuadros de importantes generales polacos, él me contaba que Polonia siempre ha sido invadida y oprimida, si no por los alemanes, por los rusos. Durante el Holocausto, la ciudad polaca de Auschwitz albergó tres campos de refugiados, y una gran cantidad de judíos murió en manos de los nazis. Aún así, Miki dice que no hay mala onda con los alemanes; es más, me cuenta que prefiere vivir en Alemania en vez de Polonia, pero esto es obvio considerando los estándares de vida que hay en este país. A ratos también me dan ganas de quedarme acá en vez de volver a Chile… pero ESO NO VA A PASAR, porque tengo pasaje para la semana próxima…

Acá estoy al interior del Castillo de Wawel (léase Vavel), el que fuera la residencia de los reyes polacos desde el siglo 11 hasta el 17. El castillo se ubica en la Wzgorze Wawelskie (colina de Wawel) y es lo más famoso de la ciudad. Mientras estuvimos allá tuvimos la oportunidad de ver un grupo de tipos con trompeta y lanzas que hicieron un espectáculo medieval, onda viaje al pasado… bacanísimo.











Mi amigo Mikolaj (cuyo nombre se pronuncia Mikouai) en la Catedral de Wawel (Katedra Wawelska). Se ubica ahí mismito donde está el castillo, y era el lugar de coronación y entierro de los monarcas polacos. Siguiendo con mi tradición de subir a cuanta torre de iglesia se me aparezca por delante, a ésta también subimos, y arriba nos encontramos con la campana del rey Zygmunt (Segismundo) la cual había que tocar para tener suerte. Yo casi no la suelto…












Rynek Glowny, la plaza del mercado, una de las mayores plazas comerciales de
la Europa medieval. Hasta hoy conserva locales comerciales y numerosos cafés y restaurantes con mesitas al aire libre. De fondo, el antiguo mercado de paños.












La iglesia gótica de Kosciol Mariacki (Santa María), que data del siglo 15. Aunque tengo fotos de día, esta imagen me encanta. Son como las 11 de la noche y había un montón de gente en las calles, y además la iglesia se ve preciosa iluminada. La siguiente foto es de Miki y yo al interior, rezando como niños buenos. La decoración al interior sigue la tónica de las iglesias bacanes que he mostrado antes en este blog: oro, púlpitos ricamente adornados, imágenes gigantes de santos a todo color, etc. Lo novedoso fue que por entrar a la iglesia cobran una cantidad, pero si quieres sacar fotos al interior, te cobran el doble y te dan una credencial para que vean que estás “autorizado”. Y este sistema lo tienen para los museos, monumentos, etc. Igual bien, supongo, considerando que no es que a cada uno nos cobraran más, sino que se cobra por cámara. Esa onda…





















Un helado en el barrio judío de Kazimierz. Este lugar era super pintoresco, tipo barrio Suecia en Santiago, lleno de pubs y restaurantes, pero más seguro… Super bonita Cracovia, nada que decir. Te lo perdiste no más poh, Nicole, jajaja…


El Chiflón del Diablo en versión polaca

La Mina de Sal Wieliczca es lejos lo más bacán de Cracovia. Podrán decir que la ciudad es bacán, que el castillo, que la plaza, que la iglesia, que la cacha de la espada; no me importa, a mí lo que más me gustó fue la mina. Tanto tiempo viajando a Lota el año pasado y jamás conocí el Chiflón del Diablo; vine a conocer una mina acá, a millones de kilómetros de mi querida octava región…

Resulta que además de Poznan y Cracovia, yo quería ir a Auschwitz. El problema es que las distancias eran insalvables; para ir a conocer los campos de concentración debía quedarme en Polonia al menos un día más, pero tenía que entregar el último trabajo el miércoles (la crítica de un libro de 300 páginas que aún no acababa de leer) y quedarme habría significado no hacer el trabajo. Por ende, opté por ir a Wieliczca, a 10 kilómetros de Cracovia y que me habían dicho que era bacán. Puta, se quedaron cortos. La weá ME IMPACTÓ, a tal manera que quería puro seguir recorriéndola. Acá estamos con Mikolaj en la entrada, después de tomar el tren desde la estación de Cracovia rumbo a la mina.











Vamos por partes. La mina de sal (también declarada Patrimonio de la Humanidad) se abrió al público después de casi 900 años de explotación. Es una especie de ciudad subterránea, a la cual se accede sólo con la compañía de un guía. Como estamos en agosto (mes de vacaciones y toda la chuchoca), habían guías en todos los idiomas: español, italiano, francés, pero habría sido super injusto para Miki que yo eligiera el tour en español. Asimismo, para mí habría sido terrible tomar el tour en polaco, por lo que al final tomamos el tour en inglés y así entendimos los dos. La guía dijo que en las dos horas que dura el tour íbamos a recorrer el uno por ciento de la mina, y que para conocerla toda, con todos los corredores y lagunas de sal que tiene, se necesitaban al menos cuatro meses. Acá voy yo por un pasadizo de la mina.














La mina fue construida enteramente por los mineros, quienes cada vez fueron cavando más y más hacia abajo. El tour permite bajar hasta 125 metros de profundidad, donde se pueden recorrer las cámaras aún con huellas de la explotación y con una colección (tipo museo) de las maquinarias e instalaciones que se usaban en ese tiempo. Acá una instantánea de la chilena bajando hacia las profundidades.














Cuando uno piensa que ya lo ha visto todo, llega hasta aquí: la sala de banquetes y la capilla de Santa Kinga, cuando ya estábamos a más de cien metros bajo tierra. Esta weá si que es impresionante, una cámara elegantísima, completamente construida con bloques de sal, estatuas de sal, altares de sal, piso de sal, TODO DE SAL. Este espacio lo arriendan para matrimonios, conferencias, conciertos, etc. Según la guía, esta estancia fue construida por sólo dos mineros, por lo que su construcción se tardo 70 AÑOS! Obviamente los dos mineros que empezaron no fueron los dos que la terminaron…




















Después de la sala viene la parte comercial. La hicieron bien estos tipos: después de dos horas de recorrido, cuando uno empieza a sentir la sonajera de tripas, resulta que hay un restaurante con Internet wi-fi y todo. Mish… También hay un museo (para el cual había que volver a pagar, así que chao no más) tiendas de souvenirs, baños, etc. No sé cómo será la mina de Lota, pero esta me impresionó. Me despido con una foto del restaurante, donde tomamos desayuno a eso de la una de la tarde. Pozdrawiam, querida Wieliczca!


sábado, 4 de agosto de 2007

Auf Wiedersehen, liebe Nicole!

Se me acabó la fiesta. Se me reventó la burbuja donde estuve viviendo por cuatro meses. La Nicole se va el lunes y yo seguiré a por otras dos semanas, para terminar el trabajo del 15 de agosto y para conocer Polonia y República Checa, que es lo que me falta. Los amigos más cercanos se juntaron para decirle adiós a esta australiana con alma de chilena que dice groserías aprendidas en Florida. Aunque mi lado egoísta está triste porque te vas (porque me habría gustado terminar juntas nuestra estadía acá) entiendo tus razones y te deseo lo mejor junto con tu familia en Chile. Querida Nicole, yo sé que no fui la amiga más comprensiva ni la más paciente, pero sí sé que entre las dos se creó un lazo muy fuerte, y que te agarré más cariño que la cresta. Aunque acá todos dicen que no voy a estar sola, que me sobran los amigos con quienes seguir la farra estas dos semanas, la verdad ya nada será lo mismo; con tu partida, el fin de este sueño se hace inminente, y la realidad es que en mi vida ahora hay un antes y un después: antes de Alemania - después de Alemania. No sé si en la práctica esto tendrá una repercusión tangible, pero en la intimidad de mis recuerdos, lo que viví acá seguirá siendo tan importante como el primer día que llegué.

En la universidad casi todos se han ido, y los que quedan se irán pronto, como yo. Las fiestas de despedida han estado a la orden del día. Se fue Dan, el australiano que fue nuestro amigo más alegre y gracioso. Junto con Alexandra, su esposa, nos abrieron la puerta de su casa y nos brindaron su sincera amistad. Se fue Gjergj, nuestro amigo de Albania que trabajaba en el laboratorio de computación, y que se portó la raja con nosotros traduciendo esas tesis en alemán. Se fue Evelyn, la mexicana que estudiaba en nuestro magíster y que este fin de semana se casa en Inglaterra con su novio inglés. Y el lunes se va Nicole, con lo que cierro la etapa en Kassel, y a la vez cierro mi etapa con ella. Nada será lo mismo en Chile, amiga, allá volveremos a ser las profesionales con responsabilidades que cumplir, y ya no las estudiantes de intercambio viajando por Europa despreocupadamente. Fue lindo mientras duró. Te quiero mucho.

¿Te acuerdas de esta foto? Fue la primera que nos tomamos en la Universidad, y dijimos que tenía que ser ahí, en la entrada, para que se viera el logo de la Mercedes Benz de fondo… Ése era el tiempo en que los Mercedes nos llamaban la atención, y que nos tomábamos fotos con autos bacanes (Audi, Jaguar, BMW) porque decíamos que en Chile no se veían, jajaja...









Nuestra primera y única visita al cine. Vimos una película gringa malísima, pero que la elegimos porque las demás eran alemanas. Pero cuando entramos fue como, “oh! HORROR” doblada al alemán… ahí nos enteramos que, tal como decía Rodolfo, estos alemanes no subtitulan, sino que doblan, a menos que sea una película muy importante o un cine grande, como los de Berlín. El de Kassel no era el caso… sin embargo, valió la pena porque descubrimos que se podía tomar cerveza dentro del cine, así como en todas partes, en la uni, en la calle, en el tranvía, etc. Así fue nuestra bienvenida a Alemania.










Semana de orientación. Primer día en la Universidad de Kassel. Los tutores tenían preparadas un sinfín de actividades para todos los estudiantes internacionales. Ese día fue el inicio de una hermosa amistad con muchos de ellos. Aquí estamos con nuestro primer kuchen alemán.










La FreudenHaus. Nunca me voy a olvidar de este bar. Todos los miércoles, religiosamente, los estudiantes nos juntábamos allí para beber y bailar. Aquí conocimos otros chilenos que vivían acá, nos juntamos con nuestros amigos polacos, compartimos con los GPE students y celebramos el cumpleaños de la Nicole. No, no nos vamos a olvidar de este bar.













Aquí estamos abriendo el helado que llevamos de postre ese día que almorzamos en la casa de los polacos. ¿Te acordái que hiciste la gracia del corcho en la botella? Que manera de comer, ésa es la razón por la que hemos engordado tanto…










Un mes exacto. Esa vez dijimos que todos los meses nos sacaríamos una foto para mandarla a Chile, pero nunca más lo hicimos. Estamos en casa, brindando por el primer mes de estadía en Kassel. Ahora la veo y me parece que fue hace tan poco…










Ésta es de la Iglesia de San Bonifacio, a la que empezamos a ir los domingos cuando descubrimos que al medio día decían la misa en castellano. Un cura mejicano más fome que chupar un clavo, hacía la misa para la comunidad latina de Kassel, unos 20 pelagatos. En honor a la verdad, nunca vi misas más fomes en mi vida. Los cantos eran hablados y el cura era seriote. Pero igual íbamos, para dar gracias, para pedir por los trabajos, porque nos resultaran los viajes. Este domingo deberíamos ir, aunque fuera para despedirnos, ya?










Las perlas jugando pool. Tanta weá que hicimos Nicole, tantos paseos, tantos viajes, tantos amigos… PUTA QUE TE VOY A ECHAR DE MENOS, PENDEJA DE MIERDA!!!










Ésta es la prueba de que nuestra estadía acá no fue puro paseo. Nos sacamos la cresta estudiando, leímos más textos que la mierda, nos acostábamos tarde y nos levantábamos temprano para hacer los trabajos y para que nos fuera bien. Voy a extrañar tanto el TorCafé, donde me instalaba con mi ruma de libros y mi notebook para aprovechar la señal Wi-Fi de la universidad…










Comenzó la travesía! Éste fue nuestro primer viaje, cuando decidimos conocer la inolvidable ciudad de Colonia. En ese viaje hicimos todo por primera vez: nuestro primer mitfahrgelegenheit, nuestros primeros sándwiches de queso con verduras, nuestra primera guía de viajes. Esta foto es en la noche, cuando pasamos debajo del puente y habían vagos durmiendo, pero no nos importó porque queríamos una foto nocturna con la Dom de fondo, y para eso caminamos como tres puentes, te acordái? Los buenos viejos tiempos…










A la semana siguiente en Berlín, donde fuimos con Lisa y Erik. ¿Te acordái de la once que nos tenían los papás de Erik? Como cinco tipos de quesos, pan alemán y turco, té, café, leche, etc. Y te acordái que arrasamos con todo, jajaja, para mí que nos comimos en un día lo que ellos se demoraban una semana…













Semana siguiente, en el centro de Munich, donde fuimos con Lisa para ver el festival SustaCulum. Ésta fue la primera vez que peleamos, que nos agarramos brígido, porque a ti te dio la weá de que echabas de menos hasta al perro y te querías volver a Chile. Puta que me has sacado canas verdes cabrita…










Éstas dos son de cuando nos hicimos famosas, y salimos en la revista NOS de Chillán y Concepción. A ver si nos cae una peguita decente cuando volvamos a Chilito lindo…












Jugando al diávolo en la EuropaHaus. En esa casa hacían fiesta hasta porque es lunes, y esa vez invitaron a una especie de showman, que hacía magia, equilibrismo, etc. y que le prestó a los asistentes todos los juegos que andaba trayendo. Meacuerdo que esa fiesta se llenó porque había cerveza y comida gratis, y Javi (el español) preguntó “Bueno, ¿pero quién coño paga ezto?”, y nosotras le respondimos: “come callao weón, aprovecha que es gratis…”. ¿A cuántas fiestas fuimos? En la EuropaHaus no tantas, porque nuestra favorita era la Freudenhaus. Pero cuando veo estas fotos y nuestra cara sonriente, no puedo evitarlo, tengo que decírtelo: ¡lo pasé la raja contigo, Nicole!













Venecia, Italia. Nuestro primer viaje internacional. Cuando el gondolero dijo que la góndola costaba 40 euros por nuca, casi me desmayé. Pero cuando caché que estabas tirando las maletas adentro del bote y sacando la billetera para pagar, me dije: bueno, ya estamos acá, hay que hacerla no más, y me subí al que ha sido uno de los paseos más hermosos de mi vida.













Roma, Junio 16, 23 horas. Cumpliste 24 años y lo celebramos con un helado en la Fontana di Trevi. Justo cuando estábamos tomando esta foto, empezaron los fuegos artificiales, y tú me dijiste” ayyy, Magdyta, no tenías que organizar esto!”, jajaja… ya oh, tres veces…










Tu cumpleaños celebrado en Kassel, cuando volvimos de Italia. La media cagá que quedó! En esta foto todavía no te habían escrito en el cuerpo, pero fue tan gracioso al otro día cuando te despertaste y te encontraste toda rayada, la polera, el sostén, los brazos, hasta las pechugas! Y te acuerdas que la cabecera quedó negra porque se le traspasó la tinta del plumón, ése que tienes en la mano, jajaja… En esa foto me estás abrazando y yo estoy tratando de silbar por el cumpleaños de mi amiga Nicole...










Ese mismo fin de semana, cuando celebramos (por tercera vez) tu cumpleaños, esta vez en casa de Alexandra y Dan. La colombiana nos pidió que le enseñáramos a hacer empanadas, ya que después de ganar el concurso nuestra fama traspasó las fronteras… esta foto me gusta porque tú estás afanada amasando y yo estoy tranquilamente tomando vino chileno. Ésa sí que es vida…










Las niñas tomando desayuno en un restaurante del centro, el ALEX, de lo más granado que hay en Kassel, sólo para gente linda. Ese día fuimos a la exposición de arte DOCUMENTA, una de las más famosas de Europa y que se hace en Kassel cada cinco años. Desde un principio se nos dijo que éramos afortunadas, que estaríamos en la ciudad justo en el año de la DOCUMENTA, que podríamos apreciar la obra estando acá… ¿y saben qué? No nos gustó. Plop. Demasiado huasas para entender el arte moderno amiga, usted de Florida y yo de San Carlos, acostumbradas a las vacas sueltas en la calle y las gallinas en el patio…










Nuestro segundo viaje internacional: Pamplona-España. Durmiendo todos los días en el parque y tomando vino en la calle. Bailando y hablando de toros. Cantando con los gitanos y bailando con los negros de Kenia. Pobre de mí, se me acabó San Fermín…







Nuestros últimos almuerzos en la Mensa, el casino de la Uni-Kassel. Esa weá si que la voy a extrañar, almorzar en la u todos los días con los amigos, los compañeros, los conocidos. Planificando qué libro sacar de la biblioteca, qué trabajo toca la semana próxima o qué fiesta habrá esta noche. Sentirme como una estudiante de 20 años otra vez.






La veintiúnica vez que fuimos al Bugasee, el lago de la ciudad de Kassel. Alemania me encantó, pero lamentablemente, tiene un clima de mierda, especialmente Kassel. Verano casi no vi, a pesar de que algunos días hizo caleta de calor. Pero por ejemplo, haciendo un balance, de los más de cuatro meses que llevamos acá, más de dos han sido pura lluvia. Lo otro es que hay veces que en la mañana amanece precioso y en la tarde se suelta a llover, pero con cuática, onda tormenta eléctricay uno con falda. El día de la foto hacía tanto calor, que nos fuimos al lago con frutas y libros para estudiar. A mí, que no se me quita lo matea, se me ocurrió llevar los libros para el trabajo de Piovani y me llevé hasta el diccionario, y una vez que llegué allá, no hice más que tirarme en el pasto y me quedé dormida… Me encanta esta foto amiga, qué felices que nos vemos…










La segunda vez que fuimos al monumento a Hércules. Pasó la misma cosa, el día amaneció bonito y una vez allá, se puso a llover. Pero valió la pena, porque tuvimos la oportunidad de ver la cascada con agua. Tschüss, Herkules…










Aquí las dos con la Torre Eiffel, después de unos 20 intentos fallidos para sacar esta foto. Que la luz, que el pelo, que la guata, que tú estás más al medio, que no me veo bien… todo tenía que ser perfecto en esta foto, y estuvimos como 15 minutos tratando de sacarla, mientras el pobre Thomas nos observaba aburrido. Pero valió la pena, nos vemos preciosas.










Esta foto es feísima, todo lo contrario de la anterior, nos vemos horribles. La sacó Thomas cuando veníamos de vuelta de París, en el furgón del chino que le echó sal al café, ¿te acuerdas? Pagamos 40 euros por viajar en ese furgón desde París a Kassel, bastante económico la verdad, menos de 30 lucas. Aunque la foto es atroz, la pongo acá por todo lo que refleja: nuestra amistad, la confianza, la entrega. No sé, vernos así, durmiendo juntas, confiando tanto la una en la otra, no sé poh, a mí me cuesta llegar a ese nivel con las personas, tengo pocos amigos porque soy desconfiada, porque no me entrego… tocaste mi corazón, cabra chica, aunque a veces te agarraría de las mechas por la cantidad de weás que haces… igual te quiero oh…











Aquí en la fiesta latina, esa donde canté. A esa hora habíamos bailado caleta, tomado, gritado, etc. Sí, es cierto, estamos más gordas, producto de la comida, los kuchen, y por supuesto, la cerveza. Pero, ¿y qué? Es la prueba tangible de lo bien que lo hemos pasado, de lo comido y lo bailado, de la buena vida y la poca vergüenza… Nunca, nunca Nicole, me voy a olvidar de lo vivido acá. Aunque en Chile nada será igual, aunque tal vez llegue un momento en que ya no nos veamos, que no mantengamos contacto, que la amistad no sea la misma, siempre me voy a acordar de ti y de los hermosos recuerdos que tengo contigo. Gracias por todo lo que me diste, tal como tú dices, yo también he aprendido mucho de ti. De Kassel, de Alemania, de Europa. Ich liebe dich, Deutschland!